La Plataforma de Custodia del Territorio (PCT) ha tenido la oportunidad de entrevistar a Alberto Navarro, responsable de políticas de conservación y agraria del Foro de Redes y Entidades de Custodia del Territorio (FRECT) después de su reciente viaje a Kenia, donde ha participado en un curso sobre el estudio y conservación de grandes mamíferos.

PCT: Alberto, ¿qué circunstancias relacionadas con la custodia del territorio te han llevado a Kenia?

Alberto Navarro (AN): Uno de mis principales intereses profesionales es la conservación de la naturaleza desde el ámbito privado, y, como a cualquier amante de la naturaleza, los grandes mamíferos africanos me resultan fascinantes. Kenia conjuga a la perfección estos dos aspectos y desde muy niño tenía claro que algún día iría allí. Pero hasta que conocí la Asociación Biomas nunca se dio la oportunidad, porque me gusta viajar con el objeto de formarme a la vez que disfruto. Biomas es una organización cuyo objetivo principal es dar formación de campo en materia de conservación de la naturaleza. Entre sus programas formativos incluyen un curso sobre ‘Estudio y conservación de grandes mamíferos africanos’ en el que participé el mes pasado.

El curso me lo recomendó el profesor Emilio Virgós de la Universidad Rey Juan Carlos y contaba con la participación del catedrático de vertebrados de la Universidad de Barcelona José Domingo Rodríguez Teijeiro, con el que pudimos compartir todo el viaje y aprender mucho. La relación más directa con la custodia viene porque Iñaki Abella Gutiérrez, la persona detrás de todo esto y profesor del curso, al enterarse de que trabajo para el FRECT, me preguntó si estaría dispuesto a dar una clase en el curso sobre la custodia del territorio, a lo que accedí con mucho gusto. Así que me puse a estudiar cómo estaba la custodia en Kenia y las similitudes y diferencias con el Estado español u otros países anglosajones.

PCT ¿Cuáles son los objetivos del curso y quiénes eran los receptores del mismo? ¿Hay posibilidades de aplicar en Kenia los mecanismos de la CT que conocemos en España?

AN: Como objetivo principal se trataba de obtener una visión de conjunto y con carácter global de las principales amenazas a las que se enfrenta la naturaleza de África, y su megafauna en particular. Adicionalmente, formar a profesionales de la biología de la conservación en las técnicas y herramientas de campo más empleadas en el estudio y la conservación de la vida silvestre en general, y en concreto de los grandes mamíferos. Así como también instruirles en la biología, ecología y problemáticas de su conservación. Y estaba dirigido principalmente a estudiantes y profesionales, aunque también estaba abierto a personas interesadas en la conservación de la naturaleza.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta, no es que haya la posibilidad, sino que ya se están aplicando desde hace bastante tiempo. Al igual que en muchos otros lugares, el llegar a acuerdos voluntarios para la conservación de la naturaleza entre propietarios, gestores o usuarios del territorio es en términos biológicos, si me permites, una ‘convergencia evolutiva’. Es decir, es algo a lo que se llega cuando la situación y el entorno te empujan a ello. La diferencia principal radica en que el sistema legal de cada país permite mecanismos concretos que pueden llegar a ser diferentes, y por eso la custodia del territorio es diferente en cada país. Por ejemplo, Kenia pese a haber adoptado la Common Law inglesa en 1921, presenta diferencias respecto a Inglaterra en las servidumbres de conservación, que son el instrumento legal más ampliamente usado en custodia del territorio en los países anglosajones. Esto se debe a la otra gran diferencia en custodia, que es la idiosincrasia propia de cada sistema cultural.

 

PCT: ¿Los asuntos relacionados con la propiedad de la tierra en Kenia tienen especial tratamiento por parte del Gobierno?

AN: Bueno, la verdad que la cuestión de la tierra en Kenia es un tema tabú. El acaparamiento de tierras que tuvo lugar desde finales del siglo XIX y principios del XX por parte de los colonos y la consiguiente expulsión de ellas de las tribus es algo que no está totalmente resuelto y que levanta viejas tensiones, como podrás imaginar. Sin embargo, es interesante ver que en la Ley de ‘control de tierras’ se deja claro que para su adquisición en Kenia has de ser residente legal del país, incluso para personas jurídicas, ya que todos los miembros de una determinada entidad han de ser también residentes para realizar cualquier transacción de tierras.

PCT ¿Qué características tienen las organizaciones de conservación de la naturaleza en Kenia, cómo trabajan y cómo se financian? ¿Tienen relación con las comunidades locales?

AN: Como ocurre en otros lugares existe un amplio espectro de organizaciones de conservación, tanto asociaciones como fundaciones, con tamaños que van desde las muy pequeñas y con presupuestos ínfimos, hasta las muy grandes con una capacidad muy considerable. Por otro lado, y esto es lo que más me interesaba, existen los denominados ‘conservancies’. En su origen y mayoría son antiguos ranchos ganaderos que se han convertido a la conservación. El pionero en Kenia, y en el que muchos se inspiran, es el ‘Lewa Wildlife Conservancy’. A principios de los años 80 del pasado siglo creó dentro del rancho una reserva de 20 km2 como santuario para rinocerontes. A partir de ahí fue aumentando en extensión y albergando más rinocerontes, siendo su foco principal de conservación, aunque posee otras muchas especies. En 2013 pasó a formar parte de los espacios Patrimonio Mundial de la UNESCO, como extensión del Parque Nacional Monte Kenia.

Los ‘conservancies’ están regulados por la ley y son asesorados por el Servicio de Vida Silvestre de Kenia. Se les permite una serie de actividades con las que se pueden financiar, como son el turismo, la fotografía, la grabación de documentales de naturaleza, etc. Aunque la mayoría mantiene la cría y venta de ganado como fuente de ingresos, así como estrategia para la gestión y conservación de pastizales. Una variante muy interesante de este modelo son los ‘community conservancies’. Se trata de una extensión del modelo pero en lugar de pertenecer a familias o propietarios ricos, son propiedad de comunidades locales y administrados por representantes legítimos de las mismas. Existen numerosos ejemplos, pero resaltaría el trabajo realizado por la organización Northern Rangelands Trust que agrupa a varios de ellos y les ayuda en su conservación y gestión, y está financiado por The Nature Conservancy.

Nosotros pudimos visitar dos de estos ‘conservancies’. Primero el Ol Pejeta, gestionado por Flora and Fauna International y que presenta la particularidad de poder ser visitado pese a que no te alojes en él. Normalmente, para poder visitar uno de estos espacios tienes que alojarte en uno de los campamentos o ‘lodges’ que poseen. Este alberga uno de los más importantes reservorios de rinoceronte negro de África y también de rinoceronte blanco del sur, así como los tres últimos ejemplares de rinoceronte blanco del norte, además, de una importante representación de la fauna africana, entre la que destacan los grandes felinos. En segundo lugar visitamos Soysambu, del que destacaría el Lago Elementaita con sus flamencos, pelícanos y demás ornitofauna, y donde pudimos ver un
hermoso ejemplar de leopardo durante un safari nocturno. Con todas estas actividades en torno a la naturaleza es, en gran medida, como se financian los programas de conservación que realizan.

PCT: ¿En qué consisten las “servidumbres ambientales” y cómo se aplican en Kenia?

AN: Para explicar qué es una servidumbre de conservación es necesario comprender primero qué es una servidumbre. Una servidumbre es un derecho de una propiedad sobre otra adyacente. Las más conocidas son las “de paso” o “de luces”. Las servidumbres de conservación se basan en ellas, pero tienen características muy particulares que han sido fruto de una evolución. Para que se pudiese llegar a ellas las servidumbres clásicas sufrieron una transformación que les llevó a convertirse en un derecho de aprovechamiento que una o varias personas tienen sobre un recurso ubicado un terreno concreto. Así es como fueron apareciendo los derechos de caza, pesca, aprovechamientos de leña, etc.

Una vez llegados a este punto ya estamos cerca de comprender qué es una servidumbre de conservación. Esta consiste en una transferencia de derechos de uso, la servidumbre, que se crea mediante un acuerdo de conservación de la tierra y sus recursos naturales entre un propietario y una tercera persona, física o jurídica, y que es legalmente vinculante. Su objetivo principal es proteger la tierra de determinadas formas de desarrollo o uso. En Kenia las servidumbres de conservación se denominan ambientales, y actualmente están reguladas por la Ley ‘de conservación y gestión de la naturaleza’ de 2013. La primera vez que se recogieron en la legislación keniata fue en 1999 mediante la Ley de gestión y coordinación ambiental. Sin embargo, nunca se ejecutaron bajo ese marco legal, en parte porque su diseño original no permitía el acuerdo voluntario. En realidad, en la práctica, se trataba de una imposición para el propietario que podía ser ejecutada por cualquiera ante un tribunal. Además, no se describía ningún procedimiento, ni se obligaba a compensar al propietario, la ley decía que «se le podría obligar a compensarle». Pienso que estos dos aspectos mal definidos de la ley fueron determinantes para su fracaso.

Con la ley actual ya se autoriza la ejecución voluntaria, aunque todavía permite que cualquiera pueda ejecutar una servidumbre de conservación. Tampoco se establece un mecanismo de valoración ni de compensación al propietario, lo que supone a mi juicio una debilidad. Bajo nuestro punto de vista, compartido por las entidades de conservación que trabajan en Kenia, estas servidumbres de conservación deberían ser ejecutadas solo por entidades con objetivos de conservación que puedan compensar al propietario y además realizar un seguimiento. Este papel lo harían de forma apropiada ciertas entidades de conservación o los fideicomisos de tierras (land trusts) con objetivos de conservación, como ocurre en los países anglosajones.

PCT: El furtivismo en África es uno de los principales causas de pérdida de megafauna amenazada. ¿Cómo lo combaten en Kenia?

AN: Sí, el furtivismo es un problema muy grave para la conservación de la megafauna africana, y, por tanto, en Kenia también es un problema. Si usamos el elefante como ejemplo, ya que se trata de una especie bastante problemática, parece que el furtivismo de esta especie en Kenia está más relacionada con el uso de la tierra que con su propiedad. Así, aunque hay menos elefantes de los que cabría esperar en pastos comunales, en aquellos que se han convertido a la conservación en común acuerdo con sus comunidades locales, se ha demostrado que albergan mayor número de elefantes y menor incidencia de furtivismo. Resalto esto porque tiene una relación clara y directa con la custodia del territorio. Es decir, cuando se llega a acuerdos voluntarios para la conservación con los gestores y usuarios, no solo con los propietarios, se consiguen mejores resultados que cuando se hacen imposiciones de arriba abajo . Esto se ha demostrado en varias ocasiones. De hecho, una reciente revisión a nivel mundial sobre espacios naturales protegidos ha demostrado que se consiguen mejores resultados de conservación y sociales cuando se involucra a las comunidades locales.

Abundando en el ejemplo del elefante, una medida que me llamó mucho la atención y que se relaciona con la custodia es un tipo muy particular de vallado para la protección de cultivos. Aunque existen cercados que permiten el paso de fauna salvo para el elefante, estos son muy caros por estar electrificadas, y por tanto difíciles mantener, y además los elefantes pueden aprender a desmantelarlos. La solución drástica todavía es más costosa, porque son vallados más robustos y no permiten el paso de otras especies de interés. El caso es que se están implantando sistemas de protección que consisten en colmenas suspendidas en el aire mediante cables y postes de madera. ¿Por qué? Porque los elefantes aborrecen a las abejas. Posteriormente la miel de estas colmenas se vende como parte del proyecto para conseguir recursos y continuar el trabajo. Este tipo de medidas son muy importantes, más si cabe por la apuesta decidida que ha hecho el gobierno prohibiendo toda la caza deportiva y recreativa en Kenia, algo que en el caso del elefante tiene mucha trascendencia por ser una de las especies más conflictivas y con mayor grado de protección legal.

Por otro lado hay que resaltar que la nueva Ley de conservación junto a la reciente creación de una unidad de guardas para perseguir los crímenes contra la vida silvestre están teniendo muy buenos resultados en la reducción del furtivismo. Los últimos datos aportados por WildlifeDirect, ONG creada por Richard Leakey, muestran una reducción del 80% en el furtivismo de rinocerontes y elefantes entre 2012 y 2015.

PCT: ¿Qué conclusiones/enseñanzas destacarías de lo aprendido en Kenia para aplicar en España, o en tu carrera profesional?

AN: Para mí entre los más importante está comprobar de primera mano que la conservación es más exitosa si se trabaja de común acuerdo con las comunidades locales, más si cabe en una tierra donde existen muchas más especies conflictivas con los intereses humanos que en Europa, tanto en cuanto a mamíferos como en aves o reptiles. Allí un pastor o agricultor se enfrenta a más especies y más numerosas y peligrosas que en España, y sin embargo se ha llegado, en algunos casos, a la coexistencia y se sigue avanzando. En este sentido, los grandes carnívoros presentan el caso más complejo y donde cuesta más avanzar como en todo lugar donde se encuentran con seres humanos.

Por otro lado, he comprendido que es muy importante favorecer o limitar los movimientos de las especies para poder conservarlas. Así, dado que los rinocerontes no solo son problemáticos, sino que también son objeto de furtivismo por sus cuernos, se tienen que limitar sus movimientos a áreas donde se pueda asegurar su conservación, lo cual es bastante complejo y costoso, mientras que para otras especies, como los ñus, cebras o topis, se deben garantizar sus desplazamientos nómadas o migratorios para su conservación o la del ecosistema, como ocurre en el gran Serengueti-Mara, entre Tanzania y Kenia. Otro aspecto que me gustaría destacar es que se han abierto nuevas posibilidades tanto para mí profesionalmente como para difundir la custodia del territorio; pero esto ya lo desarrollaremos en otra ocasión.

Por último, quería dar las gracias a Iñaki Abella Gutiérrez y Àlex Torres Riera, como organizadores y profesores, que nos hayan dado la oportunidad de dar a conocer la custodia del territorio durante el curso, así como por el gran trabajo que realizan en materia de educación en conservación de la naturaleza.

 Relacion de las fotografías que aparecen en el texto:  Foto 1: Rinoceronte negro en Ol Pejeta Conservancy por Inés Fernández Parga  Foto 2: Jirafas de Baringo en Soysambu por Iñaki Abella Gutiérrez  Foto 3: Ejercicio de radio seguimiento por Iñaki Abella Gutiérrez  Foto 4: Hipopótamos en el Lago Naivasha por Iñaki Abella Gutiérrez  Foto 5: Guepardo en Maasai-Mara por Iñaki Abella Gutiérrez

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