Los vecinos comuneros de Laza, en Orense, apuestan por la custodia del territorio

Ene 29, 2021

La Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común de Laza, Cimadevilla y Souteliño (CMVMC de Laza) tiene 2.451 hectáreas, de las cuales el 82 % es superficie forestal. De las 2.800 CMVMC existentes en Galicia, la de Laza es la de mayor superficie arbolada y la séptima en extensión total. Toda la superficie del monte está ordenada desde hace casi dos décadas y en la actualidad está certificada bajo los sistemas de sostenibilidad PEFC y FSC, siendo gestionada de forma asamblearia por 181 vecinos comuneros, que a su vez representan a otras tantas familias con domicilio en la parroquia donde se encuentra el monte. El conjunto de este tipo de comunales abarca más de 700.000 hectáreas de Galicia, el 25 % de la comunidad autónoma.

 

Por su parte la Asociación Galega de Custodia del Territorio (AGCT) es una emblemática entidad de conservación de la naturaleza que forma parte de la Rede Galega de Custodia do Territorio y en representación de esta red, ostenta la presidencia del Foro de Redes y Entidades de Custodia del Territorio (FRECT).

En el marco del acuerdo, la entidad de custodia acompañará a la propiedad promoviendo diferentes acciones para la conservación, restauración y gestión de los valores naturales y culturales de este monte que está enclavado en la cuenca del río Támega, afluente del Duero. Dicho espacio está integrado en la Red Natura 2000, delimita al propio monte en varias zonas y constituye un corredor ecológico en las estribaciones del Macizo Central Ourensano, situación que la AGCT considera muy relevante para la conservación de los anfibios y de distintas especies amenazadas en Galicia como el águila real. También puede ser relevante en un futuro para la posible recolonización del oso pardo, que ya viene haciendo incursiones temporales en zonas muy próximas.

 

Restauración del bosque autóctono y el hábitat de anfibios

La comunidad de Laza lleva años realizando mejoras silvícolas y ambientales en este monte cuya orientación actual es productiva, si bien las repoblaciones con coníferas que se realizaron hace décadas tenían objetivos principalmente protectores y perseguían corregir los fuertes fenómenos erosivos existentes, dotando de una cobertura vegetal suficiente a unos terrenos con suelos poco profundos.

Un claro ejemplo lo encontramos en la parte del monte conocido como el Lastredo, que habiendo sufrido un sobrepastoreo desde tiempos inmemoriales quedó desprovisto de una vegetación capaz de retener la tierra durante los episodios de fuertes lluvias estacionales, lo que provocaba de forma recurrente riadas de lodo que anegaban algunas zonas de la aldea de Laza. Actualmente, estos hechos han pasado a ser un recuerdo.

FOTO: Barranco del río Cabras. Recuperación del bosque autóctono 

Las medidas de restauración, prevención y lucha contra los incendios forestales marcan el norte en la brújula del comunal. Durante las dos últimas décadas se han recuperado más de 800 hectáreas de zonas que fueron destruidas por incendios, bien mediante plantaciones, bien con ayudas a la regeneración natural, a la vez que se han ido eliminando progresivamente los rodales de especies exóticas como el eucalipto y favoreciendo la expansión de las especies frondosas autóctonas.

En el marco del acuerdo de custodia se plantea favorecer la conectividad ecológica potenciando el bosque en galería en todos los arroyos afluentes del Támega y que suman en el monte una superficie total de 105 haectáreas pobladas por especies frondosas autóctonas como el carballo, el abedul, el castaño, el fresno, el madroño, el espino albar, los sauces y los alisos. En los próximos meses está previsto realizar varias actuaciones de mejora silvícola de estas galerías de vegetación de ribera.

Además, con el objetivo de aumentar progresivamente la superficie cubierta por las especies frondosas, se está aplicando una silvicultura conservadora en las zonas colindantes a los bosques en galería, destacando la actuación que se está desarrollando el Cañón del río de Cabras, afluente directo del Támega.

En esta zonas, que cuentan con masas extra maduras de Pinus pinaster, existe un rico y variado sotobosque de frondosas que se ha regenerado naturalmente bajo su dosel protector. Se están realizando cortas de los pinos para liberar el potencial que tienen los carballos para convertirse en la vegetación clímax del monte. De esta forma
se pretende conseguir una masa en equilibrio con el medio que pueda desarrollarse de forma estable y sostenible bajo unas condiciones climáticas y del suelo propias de un estado avanzado de sucesión ecológica.

FOTO: Charcas para conservación de anfibios

En el pasado se habilitaron varias charcas para poder cargar motobombas y medios aéreos de extinción de incendios, pero han ido perdiendo progresivamente su utilidad al ser sustituidos por una amplia red de depósitos de gran capacidad. Estas charcas han sido valoradas como estratégicas por la AGCT porque  actualmente ofrecen un hábitat muy valioso para las maltrechas poblaciones de anfibios y, además,pueden mejorar sus características ecológicas con algunas intervenciones. La entidad de custodia estudiará la fauna que habita en el interior de las antiguas minas de wolframio que hay en el monte, un hábitat potencial para fauna protegida como es el caso de diferentes especies de murciélagos.

Base BRIF de Laza y compensación de carbono

La estratégica situación geográfica de Laza motivó que el MITECO barajara establecer allí la principal base para la lucha contra el fuego en el noroeste ibérico. Gracias a la cesión de los terrenos idóneos por parte de esta misma CMVMC el Ministerio puso en marcha la base ded Brigadas de Refuerzo en Incencidos Forestales (BRIF) de Laza . La base ha cumplido dieciséis años  en 2020 y su personal ha recibido el premio ‘Batefuegos de Oro’ como reconocimiento nacional por su labor contra los incendios forestales.

 

En la búsqueda de soluciones ambientales la comunidad ha incorporado varias plantaciones al Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono del MITECO, mediante un proyecto con una absorción prevista de 3.745 toneladas de CO2; aunque tiene previsto incrementar notablemente estas cantidades en el año 2021 sumando más superficie a dicho proyecto. De la mano de la Fundación Tierra Pura se van a incluir estos proyectos de absorción en su iniciativa Tierra Viva, que está enfocada a identificar qué proyectos de restauración de ecosistemas están siendo desarrollados en España actualmente y cuáles son sus características.

 

Más información: Grupo de Trabajo GT3 La custodia del territorio en terrenos comunales. VII Jornadas Estatales de Custodia del Territorio (Foro de Redes y Entidades de Custodia del Territorio, Valencia 2018)

 

 

 

 

 

FOTOS: Bosque autóctono recuperado sobre el río Támega, con la población de Laza al fondo.

Repob
lación con abedul.

Abajo instalaciones de la CMVMC para el uso público.

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