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Un poco de historia sobre la custodia del territorio: la finca La Trapa en Mallorca

Fecha de creación: 
Viernes, 8 Febrero, 2013

La Trapa, reconocida como una pionera iniciativa de custodia del territorio en el Estado español, es un modelo de gestión sostenible y un ejemplo de dinamización e implicación ciudadana en la conservación del patrimonio natural.

En el año 1810 llega a Mallorca, expulsada de Francia por Napoleón, una congregación de monjes Trapenses. Éstos se instalan en una recóndita finca de montaña del municipio de Andratx donde construyen un monasterio, diferentes dependencias agrícolas y alumbran tres fuentes, transformando el hasta entonces “estéril Valle de San José” en un pequeño vergel capaz de proporcionar alimentos a los 40 monjes que allí habitan y que pasaría a denominarse La Trapa. Tras la desamortización de Mendizábal, los religiosos son expulsados de España y la finca pasa a manos particulares que la explotan agrícolamente.

A partir de los años 60 la finca sufre un abandono paulatino, con el consiguiente deterioro de las edificaciones, hasta que en 1980 se plantea un proyecto de parcelación y urbanización del paraje. Ante semejante amenaza, el GOB Mallorca plantea un ambicioso y novedoso proceso en el Estado español: la adquisición de un espacio natural para su protección.

La amenaza en ciernes de este espacio natural emblemático consigue la movilización de la sociedad civil que pretendía detener el proceso urbanizador dotando a la finca de una clara vocación pública e instaurando un modelo de gestión sostenible, en una pionera iniciativa de custodia del territorio.

Lo que comenzó siendo una operación de ámbito local, se convierte en un proyecto internacional y transversal, dado que además de implicar a la sociedad civil mallorquina, se movilizan instituciones y entidades así como el sector cultural, artístico y empresarial nacional e internacional. Destaca la colaboración de la Sociedad Zoológica de Frankfurt, WWF, Comité Suizo para la Protección de las Aves, Internacional Fund for Monuments, además de realizar una subscripción popular, sorteos, subastas, lotería, conciertos hasta alcanzar la cantidad necesaria para la compra de La Trapa. La importancia de la propuesta trasciende a la simple adquisición y protección, dado que la principal entidad conservacionista de las Islas Baleares consiguió implicar a la sociedad en un proyecto común que no se limitó a la compra sino que ha continuado con su gestión a través del voluntariado ambiental.

Pero la historia de la adquisición es larga, haciendo que dicho desafío se prolongase desde 1980 hasta comienzos de los noventa, momento en el que el GOB consigue hacer efectivo el último pago.

Mientras tanto, y a la vez que se inician tímidos intentos de gestión del espacio, La Trapa se convierte en el primer espacio natural de las Baleares que goza de una figura de protección en base a su declaración de refugio de caza (porción de tierra donde está vetada la práctica de la caza) y su integración en la Red Europea de Reservas Biológicas Privadas (EUREL). Además la finca forma parte de la Red Natura 2000 bajo las figuras de ZEPA y LIC.

Desde su adquisición, el GOB ha asumido el compromiso de gestionar y conservar la finca en base a sus unos ambiciosos objetivos:

  • Recuperar el patrimonio natural y cultura y las actividades tradicionales
  • Prevenir los incendios forestales
  • Poner en práctica sistemas de gestión sostenibles para conseguir la recuperación del espacio natural
  • Difundir las experiencias y promover buenas prácticas ambientales en la gestión de las fincas de la Sierra de Tramuntana
  • Sensibilizar a la ciudadanía en general y a los escolares en particular con programas de educación ambiental
  • Estimular la participación ciudadana en la preservación del espacio mediante la promoción y coordinación de programas de voluntariado
  • Poner a disposición de la sociedad un espacio natural de propiedad privada con clara vocación pública

Esta tarea no ha sido fácil y como es de prever ha tenido sus altibajos pero a lo largo de estos años se han conseguido notables resultados. Para ello los voluntarios han sido una pieza clave en el engranaje de la gestión de la Trapa. Gran parte de las faenas se han podido llevar a cabo gracias a la colaboración altruista de numerosos grupos de voluntarios que dedican su tiempo libre a colaborar en el mantenimiento y recuperación de la finca perpetuando así la vocación pública y social de este territorio custodiado por el GOB Mallorca.

Este texto está basado en los documentos Manuales de Desarrollo Sostenible. Recuperación de una Reserva Biológica y La Trapa reserva biológica.

Fotografías: GOB Mallorca.