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La custodia del territorio y la función social de la agricultura ecológica

Fecha de creación: 
Sábado, 4 Mayo, 2019

La agricultura social persigue dinamizar la económica local, integrando el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, generando empleo y promoviendo la inclusión de los grupos sociales más vulnerables. En este sentido, la custodia del territorio se presenta como una herramienta de colaboración voluntaria para aquellos propietarios y agricultores que quieran implicarse en este movimiento ecológico y social, conectando con los consumidores que promueven la mejora de la calidad de los productos agrícolas y los servicios de los ecosistemas, favoreciendo la atención social y educativa de la población local.

España es el país de la Unión Europea con más superficie agrícola dedicada a la agricultura ecológica, por lo que esta se presenta como una alternativa real a los actuales sistemas de producción, y desde su vertiente social e innovadora, genera empleo y fomenta la integración social, acercando la sociedad al medio rural. Así, un creciente número de entidades de custodia del territorio, como promotoras de sistemas agroalimentarios sostenibles, desarrollan proyectos e iniciativas capaces de impulsar la multifuncionalidad de la agricultura en España.

Desde sus inicios, la Plataforma de Custodia del Territorio, liderada por el Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad, ha desarrollado y fomentado buena parte de los trabajos vinculados con la custodia del territorio en nuestro país y ha puesto en marcha numerosos proyectos e iniciativas, en estrecha colaboración con los agentes sociales implicados. Con el denominador común de la custodia del territorio, herramienta que facilita la implicación de propietarios con tierras en desuso y pone en valor la función social de la actividad, desde la plataforma apoyamos una actividad en el medio agrícola de calidad y que genere empleo local, ejemplo de lo cual son las siguientes iniciativas entre otras muchas:

  • Para detener la crisis ambiental que sufre el modelo de producción de alimentos, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) también incorpora acuerdos de custodia del territorio apostando por: mejorar el conocimiento de las amenazas específicas para la conservación de la biodiversidad en el entorno agrario, aumentar la rentabilidad de modelos de producción y prácticas agrarias beneficiosas para la biodiversidad, promover mejoras necesarias en las políticas públicas en materia de agricultura y desarrollo rural y fomentar modelos de consumo y hábitos alimentarios conscientes, responsables y sostenibles.

 

 

  • Desde 2009 la Fundación Global Nature desarrolla un programa pionero para apoyar la producción y comercialización de legumbres. Actualmente esta iniciativa se centra en legumbres (lentejas y garbanzos) producidas en territorio de la Red Natura 2000 y con certificación ecológica. De forma paulatina, están sumando productos igualmente ecológicos, como viñedos, almendras o pistachos. Las medidas de cultivo y protección de la biodiversidad se desarrollan en el marco de acuerdos de custodia del territorio. Las parcelas se ubican además en zonas perilagunares, por lo que su gestión sostenible beneficia hábitats únicos en Europa. En esta línea han creado la Biodiversity Performance Tool (BPT). Esta herramienta, desarrollada en el marco del LIFE ’Biodiversidad en Estándares y Etiquetas en la Industria Agroalimentaria’ permite a los agricultores detectar los impactos y acciones que pueden mejorar su actividad para favorecer la biodiversidad. El resultado da lugar a una serie de medidas consensuadas con el agricultor que forman parte de un Plan de Acción de Biodiversidad para la explotación.
  • Por su parte,Ecoherencia, como sociedad cooperativa sin ánimo de lucro y especializada en restauración ecológica y educación ambiental bajo el paraguas de la custodia del territorio, han puesto en marcha metodologías participativas e innovadoras que fomentan el trabajo colaborativo y la creación de redes de apoyo e intercambio de experiencias en el sector agroecológico.

 

  • La Asociación Subbética Ecológica agrupa a un colectivo que produce y consume ecológico, además de desarrollar un modelo para la recuperación de las huertas tradicionales. Se trata de un ejemplo de dignificación del trabajo en el campo, que fomenta el relevo generacional en el sector primario. Entre sus principios destacan la mejora de la salud, la conservación de los ecosistemas, la cooperación y el fomento de la confianza.
  • Desde la Sociedad Cooperativa HELICONIA se trabaja por el impulso de la multifuncionalidad de los sistemas agrarios, la dinamización de la agricultura de proximidad, el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles y la reconexión campo-ciudad. En este sentido, se han puesto en marcha figuras territoriales como los parques agrarios, los bancos de tierra o las infraestructuras verdes, todas ellas vinculadas a la custodia del territorio. Heliconia contribuye al emprendimiento colectivo y a la promoción de la economía social. Además, promueven gran diversidad de proyectos, entre ellos, programas de voluntariado ambiental, huertos escolares, etc.

 

En este contexto, es necesario destacar la labor que realiza la Fundación Triodos. Ellos emplean el concepto agricultura social, que incluye cualquier iniciativa cuyo objetivo sea generar encuentros sociales, desde un proyecto educativo, formativo, de inserción laboral, inclusión social o de mejora de la salud física y mental de las personas, en el marco de una actividad agraria, y consideran la función social como valor añadido para la agricultura ecológica. Fomentan la creación de huertos ecológicos como herramienta pedagógica para abordar temas educativos capaces de apoyar un aprendizaje global, inclusivo y con valores. Desde su plataforma Crowdfunding impulsan la creación de proyectos destinados a la conservación del paisaje, la custodia del territorio y otras acciones que promuevan la conexión con la naturaleza.

 

 

Existen otras iniciativas que, al igual que estas, incorporan en alguna medida la custodia del territorio y son un ejemplo de impulso a un nuevo modelo de agricultura sostenible que pone en valor sus beneficios económicos y sociales, siempre respetuosos con el medio ambiente, aportando soluciones inspiradoras para una sociedad cada vez más concienciada.