A fecha de hoy, ¿cuántas fundaciones están implicadas en la custodia del territorio en España?
Actualmente existen en torno a unas 50 fundaciones que están implicadas en la custodia del territorio.
¿Qué papel juegan las fundaciones en la custodia del territorio?
En general, el papel de las fundaciones es el de actuar como entidades de custodia del territorio. Estas son organizaciones sin ánimo de lucro que ayudan a los propietarios de terrenos que tienen la voluntad de mantener a largo plazo el patrimonio natural y el paisaje que atesora su finca. La acción se concreta en pactos voluntarios que acuerdan las entidades y los propietarios de los terrenos que se quieren conservar. Estos pactos, que se establecen en los documentos denominados acuerdos de custodia del territorio, establecen compromisos dirigidos a mantener o recuperar el medio natural y el paisaje de las fincas para ambas partes.
Además, hay otras fundaciones como Fundación Biodiversidad que no formalizan acuerdos con propietarios pero que desarrollan un relevante papel de apoyo y fomento a la custodia del territorio.
¿Cómo es la tipología de estas fundaciones?
Todas ellas tienen como rasgo común que son fundaciones que centran parte o toda su actividad en la conservación del patrimonio natural, cultural y paisajístico. No obstante, existe una gran diversidad respecto a tamaño, objetivos, ámbito de trabajo… Por ejemplo, encontramos fundaciones cuya razón de ser es la conservación de una especie concreta como son la Fundación Oso Pardo o la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, y fundaciones que se dedican a conservar determinados ecosistemas, como es el caso de la Fundación Limne que centra su actividad en la conservación de ríos y humedales. Así mismo, actúan como entidades de custodia, fundaciones cuyo ámbito de acción es local o regional como la Fundación Enrique Montoliu, o entidades que tienen una proyección internacional como la FIRE, la Fundación Internacional para la Recuperación de Ecosistemas.
¿Cuántas hectáreas gestionan las fundaciones bajo esta fórmula?
En base al tercer Inventario de Iniciativas de Custodia del Territorio del Estado español, que llevamos a cabo desde la Plataforma de Custodia del Territorio de la Fundación Biodiversidad, más de 80.000 hectáreas son gestionadas por fundaciones en el marco de acuerdos de custodia del territorio y más de 350.000 hectáreas incluyendo todas las entidades sin ánimo de lucro.
¿Y los propietarios? ¿Cuál es su tipología y cómo es el proceso de encuentro entre las fundaciones y ellos?
Es difícil definir un perfil de propietario típico en la custodia del territorio. En general, son propietarios que cuentan con una sensibilidad especial y que tienen la voluntad de gestionar sus fincas con una visión a largo plazo y de respeto y conservación de las mismas. La tipología de propietarios es muy amplia y por tanto, la de los acuerdos también lo es. Hay propietarios privados, pero también públicos como ayuntamientos; encontramos propietarios tanto de grandes territorios como de pequeñas o medianas fincas; algunos propietarios viven en las fincas en las que existen acuerdos de custodia y también las gestionan y otros residen lejos de ellas y delegan la gestión de la finca a la entidad de custodia. Puesto que la custodia del territorio no está reñida con el aprovechamiento económico de las fincas, encontramos propietarios que en sus fincas desarrollan actividades agrícolas, ganaderas, cinegéticas, ecoturísticas, etc.
Normalmente son las fundaciones quienes seleccionan las fincas que tienen unos valores de conservación relevantes y contactan con sus propietarios para proponerles trabajar de manera conjunta en base a las técnicas de la custodia del territorio. No obstante, en ocasiones son los propietarios quienes se dirigen directamente a las fundaciones que hacen custodia del territorio. Puesto que la custodia se basa en la confianza mutua, es muy importante que los propietarios con acuerdos de custodia compartan con otros propietarios sus experiencias positivas con las entidades de custodia. El papel que tiene el “boca-a-boca” entre los propietarios de fincas es fundamental.
Cuando un propietario contacta con una fundación u otro organismo para la custodia de ese territorio, ¿se cede la propiedad? ¿Cuál es la fórmula jurídica?
Los acuerdos de custodia se concretan mediante diversos mecanismos jurídicos previstos en la legislación, como los contratos privados, arrendamientos, cesiones, compraventas, etc. Algunos de estos mecanismos legales son específicos para la custodia del territorio, mientras que otros son genéricos y entonces se utilizan con las finalidades de la custodia del territorio. En ocasiones, las entidades de custodia compran fincas con valores ecológicos relevantes y se encargan de gestionarlas, aunque no es una fórmula muy habitual por el coste que implica, tanto de compra como de mantenimiento del predio. Por otro lado, hay acuerdos de custodia en los que el propietario cede la gestión total o parcial de su finca a la entidad de custodia durante un periodo de tiempo. Es habitual también que los propietarios mantengan la gestión de su finca y cuenten con el apoyo de las entidades de custodia. Este acompañamiento puede consistir en el asesoramiento sobre el manejo de la finca, como por ejemplo la introducción de criterios de conservación de la biodiversidad en la actividad agrícola o ganadera. Este apoyo también puede implicar el desarrollo de actuaciones concretas a través del voluntariado, como hacer mejoras en un abrevadero para el ganado con el objetivo de aumentar la biodiversidad en el mismo (anfibios, plantas acuáticas, etc.).
¿Se ha dado el caso de fundaciones que a su vez sean propietarias de terrenos y que a su vez cedan esa gestión medioambiental a otras fundaciones… Quizá la Casa de Alba o similar….
Sí, esta casuística está presente en la custodia. Por ejemplo, la Fundació Catalunya – La Pedrera es propietaria de una gran cantidad de territorio en Cataluña que gestiona con el objetivo de preservar lugares de gran valía ecológica y paisajística. En ocasiones, esta fundación comparte la gestión de las fincas con otras entidades de custodia del territorio a través de acuerdos de cesión.
¿En qué situación se suelen encontrar las fundaciones y demás organismos de custodia los territorios en el momento de recibirlos para su gestión?
En ocasiones, los territorios elegidos por las entidades de custodia están bastante degradados y en el marco de los acuerdos de custodia se realiza una notable labor de restauración ambiental. En esta casuística encontraríamos, por ejemplo, áreas fluviales o de humedal muy deterioradas que mediante su restauración recuperan su calidad ambiental. Otras veces, son terrenos con un alto valor ecológico en un buen estado de conservación en los cuales, a través de la custodia del territorio, se mejoran determinadas dimensiones de su gestión. Es el caso de las grandes fincas de Sierra Morena y Despeñaperros en las que habita el Lince Ibérico y donde ya hay una gran riqueza ecológica, pero los acuerdos de custodia han servido para mejorar el estado de conservación de esta especie en peligro de extinción.
¿En qué suele consistir esa gestión¿ ¿Qué acciones llevan a cabo?
Puesto que cada finca, cada propietario y cada entidad de custodia es única, cada acuerdo de custodia es único. Esto implica que los compromisos que se recogen en este acuerdo voluntario son diferentes en cada uno de los casos. La custodia se utiliza para conservar bosques, ríos, humedales, ecosistemas agrarios y ganaderos, elementos históricos y culturales, áreas costeras y marinas, especies, montañas, patrimonio geológico, árboles centenarios… por lo que la tipología de acciones es muy diversa y adaptada a las necesidades de cada lugar y de los actores implicados en el acuerdo, el propietario y la entidad de custodia.
¿Existen diferentes modelos de actuación dentro de la custodia del territorio?
Los acuerdos de custodia son el instrumento principal que utilizan las entidades de custodia, pero no el único. Otros instrumentos son las actividades de sensibilización y formación de propietarios rurales, las campañas educativas dirigidas a la ciudadanía, las acciones de apoyo puntuales a propietarios, las actuaciones de los voluntarios de las entidades en fincas privadas, o los actos de reconocimiento de la buena gestión que hace un propietario de su finca.
¿Qué duración suelen tener estos acuerdos?
Encontramos acuerdos que se renuevan anualmente y algunas excepciones de acuerdos firmados por 50 años. Entre ambos casos hay todo un abanico de posibilidades. Desde la custodia del territorio se entiende que cuanto más duradero sea un acuerdo, más posibilidades de éxito hay en su gestión. Lo que ocurre es que en la realidad es complicado que los propietarios se comprometan con acuerdos tan largos y, sobre todo al principio, en la práctica la duración es menor.
¿Podría enumerar algunos hitos concretos relevantes que se hayan conseguido en los últimos años gracias a la gestión de las fundaciones en la custodia del territorio?
Las fundaciones han sido y son muy importantes en la custodia del territorio. Destacaría la aportación de la Fundació Catalunya – La Pedrera (anteriormente conocida como FundacióTerritori i Paisatge) quien ha jugado un papel determinante en el proceso de impulso y desarrollo de la custodia del territorio. Esta fundación formó parte del grupo inicial de personas y entidades que acuñaron el concepto de custodia del territorio en el año 2000 y acompañó la creación de la red de custodia del territorio en Cataluña (Xarxa de Custòdia del Territori), entidad determinante para el crecimiento de la custodia en el Estado español. A esto se suma el hecho de que fue una de las primeras obras sociales que financió proyectos concretos de custodia del territorio. Para terminar, subrayaría su propia labor como entidad de custodia a través de la cual gestiona 150.000 hectáreas de territorio catalán. En definitiva, es una fundación cuya apuesta por la custodia del territorio ha sido fundamental para el crecimiento de esta estrategia de conservación. Y, modestamente, la Fundación Biodiversidad ha contribuido sustancialmente al crecimiento de la custodia del territorio a través de la Plataforma de Custodia, los apoyos en nuestras Convocatorias de Ayudas o acciones específicas como el programa “Árboles, custodia del territorio y voluntariado”, el programa “Playas, custodia del territorio y voluntariado” o el programa de custodia del territorio para el urogallo cantábrico dentro del programa LIFE+ que coordinamos en la Fundación Biodiversidad.
¿Qué fundaciones son las más representativas en la custodia del territorio en nuestro país?
La verdad es que cada una de ellas juega su papel y todas ellas son relevantes. Como organizaciones pioneras, destacaríamos como decíamos,la Fundación Catalunya – La Pedrera, la Fundación Naturaleza y Hombre, la Fundación Global Nature, la Fundación Oso Pardo, la Fundación Lurgaia, la Fundación CBD-Habitat o Fundació Natura (ahora Acciónatura). Hay otras fundaciones de menor tamaño pero no por ello menos relevantes que en los últimos años se han incorporado al movimiento de la custodia del territorio como son la Fundación Tormes-EB, la Fundación Oxígeno o la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas.
La crisis está golpeando duramente en el ámbito de las fundaciones. Muchas fundaciones públicas han desaparecido, otras de carácter privado están encontrando muchas dificultades a la hora de obtener recursos para sus programas. ¿Podría hacer una valoración de la repercusión de la crisis en la custodia del territorio en estos últimos años? ¿Se están quedando territorios de alto valor medioambiental sin una gestión adecuada?
Nos consta que las entidades de custodia están haciendo un gran esfuerzo para re-escalar su estructura y actividad a este nuevo contexto económico adverso y como es evidente, esto está repercutiendo en sus proyectos pero no tenemos datos concretos. La parte positiva es que desde la custodia del territorio se está haciendo una importante labor de reinvención y cada vez surgen más iniciativas innovadoras en el marco de la custodia del territorio que tratan de fomentar la emprendeduría social y la economía verde.
En el ámbito de las fundaciones se habla mucho en los últimos tiempos de la esperada Ley de Mecenazgo. Pero sobre todo se habla de ella a nivel cultural. ¿Existe una vertiente medioambiental del mecenazgo? En caso afirmativo, ¿podría explicar en qué consiste y qué demandas se hacen desde este ámbito?
El colectivo de la custodia del territorio está siendo muy activo en este sentido y ha presentado propuestas muy concretas al respecto. La custodia del territorio trabaja para conservar valores de los que se beneficia el conjunto de la sociedad y que su actividad, en último término, tiene una vocación de utilidad pública. Bajo este lógica se entiende que la sociedad ha de reconocer la labor de estos propietarios y entidades de custodia responsables que se esfuerzan por mantener valores que disfrutamos todos. La Ley de Mecenazgo se presenta como un marco idóneo para que este reconocimiento se materialice a través de incentivos económicos y fiscales concretos a estos actores. La experiencia internacional demuestra que en aquellos países en los que existe una cultura del mecenazgo sólida, la custodia del territorio cuenta con un mayor desarrollo y apoyo social.
En el anterior inventario se hablaba de la Fundación Catalunya Caixa como la entidad que contaba con un mayor número de hectáreas gestionada en España bajo esta fórmula. Dada la situación que están viviendo las fundaciones bancarias y esta en concreto ¿qué ocurre con esos territorios?
La Fundació Catalunya Caixa cedió ese patrimonio natural y paisajístico la a Fundació Catalunya – La Pedrera, entidad que sigue encargándose de la gestión de estos territorios, con un modelo organizativo y presupuestario diferente, pero con eficacia. Se están buscando nuevos modelos de gestión, nuevas herramientas y ya hay muchas entidades capaces de gestionar custodia del territorio. Como demuestran los casos que hemos visto, puede haber cambio de manos pero seguirá teniendo una gestión eficaz.
A la espera de los últimos datos por cerrar del nuevo inventario, ¿nos podría avanzar los principales cambios en relación con los datos de 2010?
En general los resultados son muy positivos ya que muestran un incremento cuantitativo de los principales indicadores. La superficie total dedicada a la custodia del territorio en España asciende en el año 2013 a 346.006 hectáreas, lo que supone un incremento de 53.259 hectáreas, es decir un 18% respecto a las cifras de 2010. No obstante, no se dispone del dato “superficie” para todos los acuerdos del inventario por lo que la cifra final real sería superior a la indicada. En 2013, el número total de entidades de custodia ha experimentado un incremento importante respecto a las cifras de 2010 llegándose a contabilizar un total de 214 frente a las 130 existentes en 2010. Esto supone un crecimiento del 65%. Por último, la evolución del número de acuerdos de custodia también es positiva ya que existen 2.027 acuerdos de custodia repartidos por todo el territorio español, salvo en Ceuta y Melilla. Estas cifras suponen un incremento de 691 acuerdos, con un crecimiento del 14% respecto a las cifras de 2010 en el que había 1.336 acuerdos. Destaca el incremento en el número de acuerdos de los que se tiene constancia en las comunidades de Andalucía con 267 acuerdos y los 191 de Cataluña. No obstante, hay que señalar que los datos del inventario vienen de aportaciones voluntarias, por lo que las cifras serán mayores con seguridad.
¿Cuál es el papel de la Fundación Biodiversidad en el ámbito de la custodia del territorio?
Desde el colectivo de la custodia del territorio, la aportación de la Fundación Biodiversidad a esta estrategia de conservación se valora muy positivamente como ejemplo de colaboración público-privado, hasta el punto de que en el contexto internacional esta alianza se reconoce como un rasgo innovador propio de nuestro país en la aplicación de esta estrategia de conservación.
La Fundación Biodiversidad desde hace diez años está apostando por la labor de las entidades de custodia del territorio en el Estado español. En un primer momento esta colaboración se basó en el apoyo a iniciativas concretas de custodia sobre el terreno, fundamentalmente a través de convenios y convocatoria de ayudas. A partir de 2007, el compromiso de la Fundación con el colectivo de la custodia del territorio se vio reforzado mediante la puesta en marcha del proyecto de la Plataforma de Custodia del Territorio. La Plataforma surge para dar respuesta a algunas necesidades a escala estatal que en su día las redes y entidades de custodia de nuestro país plantearon al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Desde entonces, la custodia del territorio ha ido ganando protagonismo en el día a día de la Fundación Biodiversidad y prueba de ello son iniciativas como los programas “Árboles, custodia del territorio y voluntariado” y “Playas, voluntariado y custodia del territorio” o la inclusión de un Programa de Custodia del Territorio en el marco del LIFE+ Urogallo cantábrico. Sirva como ejemplo que sólo en 2012, mediante estos programas se han apoyado 54 actuaciones que tienen a la custodia del territorio como denominador común.
Artículo publicado en «El periódico de las Fundaciones» número 62, julio /agosto 2013.