Entrevistamos a Miquel Rafa, Director de Territorio y Medio Ambiente de la Fundació Catalunya-La Pedrera

Jul 15, 2013

¿Cuál es la relación de la Fundació Catalunya-La Pedrera con la custodia del territorio?

Nuestra Fundación, bajo la denominación “FundacióTerritori i Paisatge” -el objetivo primordial de la cual era la adquisición de tierras para la conservación-, empezó a trabajar en estos temas en 1998 y decidimos impulsar en Catalunya un proceso para dar forma a todos estos mecanismos, ya que complementaban perfectamente la política de adquisición de territorio. Este proceso cristalizó a partir del Seminario internacional que organizamos en el Parque del Castell de Montesquiu el noviembre del 2000, a partir del cual se constituyó la red Xarxa de Custodia del Territori (XCT), que financiamos y apoyamos intensamente durante los siguientes 10 años.

¿Cuáles son las principales aportaciones que ha hecho la Fundació Catalunya-La Pedrera al crecimiento de la custodia del territorio a nivel estatal?

A parte de haber contribuido a la creación y consolidación de la XCT en Catalunya, pienso que dos acciones importantes fueron: el programa de ayudas, que mantuvimos hasta el 2010, con las que se iniciaron muchos proyectos de custodia por parte de decenas de organizaciones en toda España; y nuestro propio programa de custodia, que generó una masa crítica de más de 150.000 hectáreas, cosa que ha permitido al movimiento de custodia ganar músculo y credibilidad.

¿Cuáles son las principales metas y retos de la Fundació Catalunya-La Pedrera en materia de custodia del territorio para los próximos años?

Nos vamos a focalizar en la gestión de nuestra red de áreas protegidas de propiedad, que es un activo formidable, visitado por unas 300.000 personas al año, y desarrollar proyectos que generen economía verde, lugares de trabajo para gente joven y la sostenibilidad real para estos espacios (ahora ya generamos ingresos por un 54% de nuestro presupuesto). También nos gustaría trabajar en red a nivel europeo. Hay temas nuevos que emergen, como el “rewilding”, que pueden ser una buena respuesta al abandono de tierras y de población en el mundo rural. Y nos va mucho el abrir nuevos caminos, innovar, asumiendo un cierto riesgo de equivocarnos.

¿Cuáles son las principales lecciones aprendidas de la Fundació Catalunya-La Pedrera  que os gustaría compartir con el colectivo de la custodia del territorio?

Que es muy importante la visión a largo plazo, en la que cabe y es necesario pensar “en grande”; al mismo tiempo, que es indispensable pensar en cómo financiar a largo plazo y mantener los proyectos que hemos ido desarrollando en épocas más favorables, repensando todo lo que hemos conseguido y replanteando cómo lo hacemos y cuales son realmente nuestros objetivos de conservación y gestión para cada espacio.

En tu opinión ¿De qué manera crees que la Fundación Biodiversidad puede seguir acompañando al movimiento de custodia del territorio del Estado español?

Seguir acompañando y apoyando a las entidades que hacen custodia en muchos rincones del país es vital ahora mismo y es una función que prácticamente sólo la Fundación Biodiversidad puede mantener de forma general. Pero hay que hacerlo de forma que se prioricen iniciativas viables a largo plazo, estimulando la innovación y los proyectos más transversales posibles. Habrá que volver a trabajar la base, la educación.
 

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