Esta iniciativa tiene el objetivo de regenerar espacios del litoral del Mar Menor y su biodiversidad para fortalecer la resiliencia del litoral frente al cambio climático y mejorar e incrementar los servicios ecosistémicos que proveen a la sociedad, a la vez que se recupera una actividad tradicional como la extracciónsalinera.Por otro lado, se están gestionando dos acuerdos de custodia con el ayuntamiento de Cartagena en fincas de propiedad municipal. La primera de ellas se encuentra lindando con las salinas de Marchamalo, y la segunda se en el Monte Blanco, un espacio verde urbano rodeado de edificaciones en el centro de La Manga.
Otra fórmula ligada a la custodia del territorio empleada por la Fundación ANSE en RESALAR es la adquisición de la concesión del aprovechamiento de dominio público en las 8 hectáreas de las salinas de Marchamalo, cuya nueva concesión a nombre de la Fundación deberá de resolverse en breve.
Recientemente, además, la Fundación ANSE y Salinera Española han firmado un acuerdo para colaborar en la conservación de las salinas. Gracias a su asesoramiento para la reconstrucción y recuperación de la actividad salinera, ha sido posible obtener una primera cosecha simbólica de flor de sal.
En el proyecto RESALAR, que coordina la Fundación ANSE, participan la Asociación de Naturalistas del Sureste, WWF-España y el Instituto Español de Oceanografía, Centro Nacional de la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IEO-CSIC). RESALAR cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU y se encuentra vinculado al Marco de Actuaciones Prioritarias para la recuperación del Mar Menor del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Otras actuaciones
Por otro lado, desde la Fundación ANSE también se han adquirido dos fincas de 7.000 y 3.500 m2, con viejas instalaciones en ruina ligadas al aprovechamiento salinero, alguna de las cuales ya se encuentra en proceso de restauración, como el antiguo taller de carpintería. Este hito ha sido posible gracias a la suscripción popular y otras fuentes de financiación, incluidas donaciones de empresas y algún premio.
Además, se ha llegado a un acuerdo para la cesión del Molino de la Calcetera, o la Ezequiela, con el objetivo de restaurarlo y ponerlo en funcionamiento para elevar de nuevo agua de Las Encañizadas hacia las salinas. Este molino es uno de los dos que aún se conservan en las salinas de San Pedro del Pinatar, y que se usaban para elevar el agua, habiendo sido declarados como Bien de Interés Cultural.