En sus cuatro años de vida la Red de Reservas Naturales Privadas de Argentina ha crecido en visibilidad y reconocimiento, funcionamiento interno, autofinanciamiento, gestiones coordinadas ante la administración pública, creación de nodos regionales o provinciales, celebración de jornadas de puertas abiertas y realización de encuentros nacionales cada dos años, entre otros aspectos. Es una iniciativa que ofrece cantidad de oportunidades y desafíos para la conservación de la naturaleza en uno de los mayores países del Cono Sur.

Florencia, licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid y con un máster en Espacios Protegidos cursado en la misma universidad, tiene una trayectoria personal ligada a la custodia del territorio.

“Estuve ligada al movimiento de la custodia del territorio español desde sus inicios, por interés personal. Trabajé formalmente hasta 2011 en Madrid, en temas ambientales y luego me trasladé a Argentina, donde coordiné la implementación de un sitio piloto del proyecto ‘GEF Pastizales’ (para la ganadería sostenible) para después, entre 2013 y 2015, liderar el proyecto ‘Fortalecimiento de la conservación en tierras privadas en Argentina’, cuyo producto principal fue la creación de la Red Argentina de Reservas Naturales Privadas, iniciativa de la cual soy coordinadora desde 2014”.

En opinión de la coordinadora de la Red de Reservas Naturales Privadas de Argentina, el mundo de la conservación en el país latinoamericano ha estado centrado durante décadas en la concepción tradicional de los Espacios Públicos Protegidos. “El país tiene un fuerte sistema de Parque Nacionales y varias provincias cuentan con importantes áreas protegidas bajo su jurisdicción, pero el concepto está cambiando poco a poco. Argentina es un país que cuenta con una importantísima actividad agropecuaria: tiene alrededor del 80 % de su superficie en manos privadas con unos recursos naturales y culturales de lo más valiosos y diversos. Estas cuestiones, entre otras, hacen que cada vez sea menos frecuente hablar solo de conservación pública y cada vez sea más habitual considerar la complementariedad de la conservación en tierras públicas y en tierras privadas y la compatibilidad entre la conservación de la naturaleza y el desarrollo productivo o explotación económica de las tierras. Si bien queda mucho por hacer, el trabajo conservacionista que desarrolla la sociedad civil argentina por su propia voluntad y compromiso cobra cada vez más relevancia en los organismos gubernamentales y en las políticas públicas así como en proyectos concretos”.

En relación a otros países de América del Sur, como Brasil y Chile, Florencia señala algunas particularidades.

“Observando las experiencias de otros países vecinos siempre encontramos cosas enriquecedoras, sean aciertos o desaciertos, de los cuales aprender. En el caso de Brasil, las Reservas Particulares del Patrimonio Natural (símil de Reservas Privadas Argentinas) cuentan, por ejemplo, con la posibilidad, en todos los Estados, de ser reconocidas gubernamentalmente y tener así seguridad jurídica y continuidad en el tiempo. Esto es algo que en Argentina vemos con buenos ojos. También cuentan con algunas experiencias de incentivos fiscales novedosos, que aun siendo difícil de extrapolar de un país a otro, si resultan inspiradores para la Red Argentina”. “Tanto en Brasil como en Chile, vemos en los últimos años que la mayor semejanza que tenemos, es el impulso y el protagonismo que están cobrando los propietarios de las reservas. Si bien en Argentina el movimiento de conservación voluntaria se ha visto fuertemente apoyado por ONG, en los tres países detectamos, a día de hoy, que el motor es la motivación y compromiso diario de los propietarios de tierras, sea cual sea su perfil. Ese valor es que debemos cuidar, potenciar y expandir”, puntualiza. La Red Sudamericana de Conservación Voluntaria ha comenzado a celebrar reuniones de forma virtual aglutinando a representantes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú”. “Inicialmente buscamos que sea un espacio para el intercambio informal de experiencias e inquietudes.En el medio y largo plazo queremos organizarnos para dar visibilidad a los más de tres millones de hectáreas en conservación privada en estos países e impulsar la estrategia en la región”.

En cuanto al movimiento de custodia en otros países, Florencia observa algunas particularidades. “Tanto de un lado como del otro del Atlántico veo que el porcentaje del sector privado con especial sensibilidad a la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de actividades sostenibles todavía es muy bajo. En este sentido, creo que resta mucho trabajo por hacer, que tenemos que ser creativos e ir encontrando formas novedosas de implicar cada vez a más personas, empresas y colectivos sociales”. “Una diferencia sustancial que se observa es el origen del financiamiento de la conservación voluntaria. Mientras en España la custodia del territorio se financia en un gran porcentaje por proyectos y fondos provenientes del Estado y la UE, en Argentina se financia principalmente por la rentabilidad que da la tierra y su producción. Creo que ambos países tienen mucho para enriquecerse con la experiencia del otro, ya que una integración de financiamiento público-privado, puede ser la mejor vía, tanto en Argentina como en España”.

 

El movimiento de la custodia en Argentina valora positivamente el apoyo del Estado español a esta herramienta de conservación, a través de la Plataforma de Custodia de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica. “Este apoyo, en conjunción con la excelente capacidad profesional y el importante trabajo de las redes de custodia del territorio en los últimos 10 años, ha permitido que la custodia se desarrolle muchísimo de manera ordenada y consistente, con recursos técnicos, divulgativos e iniciativas en terreno de notable calidad. Sin duda, en este sentido España aporta un modelo que nos gustaría aplicar en Argentina a medio plazo”.

El próximo mes de agosto la Red de Reservas Naturales Privadas de Argentina, celebra su tercer encuentro en la provincia de Misiones, en el noreste argentino.

“Se trata de un evento que organizamos cada dos años y que, dadas las distancias en el país, representa una de las pocas oportunidades de intercambio presencial. En esta ocasión hemos decidido realizar en primer lugar un encuentro limitado a integrantes de la Red para evaluar el crecimiento de la organización hasta la fecha y definir su forma y prioridades de trabajo. Luego celebraremos el encuentro abierto para dar visibilidad a la Red y facilita el acercamiento a las autoridades y técnicos gubernamentales, así como a profesionales del sector y público en general. También será un encuentro destinado al intercambio de experiencias, tanto nacionales como internacionales, relacionadas con el turismo en reservas privadas, el enriquecimiento de bosque nativo, mecanismos de incentivos a la conservación voluntaria, corredores biológicos y el trabajo en Red. Asistirán ponentes invitados de Costa Rica, Brasil y Bolivia. El caso de la Plataforma de Custodia del Territorio de la Fundación Biodiversidad también será expuesto y debatido”, explica.Un encuentro del que esperan que “ sea un hito en nuestra corta historia, del que saldremos fortalecidos y con energías renovadas para seguir trabajando. Además de ser el primer encuentro que coorganizamos con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina, también es novedosa su dimensión internacional. Buscamos introducir novedades en la Red Argentina que aporten agilidad y flexibilidad a nuestro trabajo y crecimiento diario”.

En relación a su participación en el Comité de Participación de la Plataforma de Custodia del Territorio, F
lorencia califica la experiencia de “muy enriquecedora. Es destacable el esfuerzo de la Plataforma por incluir las miradas provenientes de sectores tan diversos como la caza, la pesca, la agricultura, las ONG conservacionistas, el gobierno central, el local, el Consejo General del Notariado, etc. Me parece una excelente iniciativa para la construcción de consensos y de una agenda de trabajo conjunta”, concluye.

 

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