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Entrevistamos a Carlos Javier Durá, investigador en custodia del territorio.

Fecha de creación: 
Jueves, 15 Enero, 2015

Doctor en Derecho Ambiental por la Universidad de Alcalá. Colaborador de Investigación Cátedra Unesco de Territorio y Medio Ambiente URJC. Y del Grupo Friends of Thoreau. Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá.

1.- ¿Qué opinión te merece el trabajo de la Plataforma de Custodia de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el resto de entidades que trabajan a nivel regional y nacional?

La Fundación Biodiversidad está trabajando de manera ejemplar. No ha querido acaparar el movimiento de la custodia del territorio pero ha sabido entenderlo y proporciona el marco de trabajo para facilitar encuentros de manera más o menos continua con otros sectores y actores relacionados con la conservación: cazadores, confederaciones hidrográficas, asociaciones de propietarios de fincas, etc. Además de todos los proyectos cofinanciados a través de concurso público.

La implicación de la Fundación Biodiversidad en los temas de custodia del territorio viene motivada principalmente por la participación en las sucesivas jornadas estatales de custodia de varios de sus técnicos, que han detectado la importancia de esta herramienta.

El papel del Foro Estatal de Redes de Custodia (creado de manera oficial en el año 2011) y de las distintas redes es igualmente clave para que el movimiento de la custodia avance en España y en sus respectivas comunidades autónomas.

2.- ¿Qué objetivos debe perseguir ahora la custodia del territorio en España para afianzar esta herramienta de conservación?

Uno muy claro es el desarrollo jurídico autonómico de la ley 42/2007 de Conservación del Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Esta ley ofrece el criterio orientativo del camino que deben seguir las comunidades autónomas, que son quienes tienen asumidas las competencias. En el año 2011 el Plan Estratégico del Patrimonio Natural y la Biodiversidad hizo hincapié en la idea de “fomentar y reconocer el papel que juegan los agentes sociales y privados en la gestión directa de la biodiversidad”. En este sentido, el desarrollo de incentivos fiscales relacionados con la custodia, no sólo a las entidades de custodia, sino también a propietarios de fincas por implicarse en la conservación de sus valores, resulta una herramienta imprescindible a desarrollar, aumentando el incentivo en base al grado de amenaza de la especie a conservar. Deben crearse además incentivos para el Segundo Sector Social, los mercados, por invertir en conservación de la biodiversidad. La Estrategia Europea para la Conservación de la biodiversidad en el horizonte del 2020 va en la misma dirección. Y hay que fomentar la figura Reserva Privada en base al derecho público creando incentivos a su utilización.

Debemos aprovechar mucho las sinergias y las colaboraciones de las ONG con las administraciones, con otros sectores (propietarios, cazadores, agricultores) y también con los mercados y avanzar en la creación de puntos de encuentro entre representantes del sector de la caza, los propietarios de fincas, los agricultores, etc. Y, a su vez, aumentar el tejido social de las ONG y su fortalecimiento, e intentar ser menos dependientes económicamente de la administración. El fortalecimiento de las redes autonómicas y el foro de custodia es clave para avanzar en la profesionalización de las entidades de custodia; más del 80% del trabajo es voluntario y así es muy difícil avanzar. Y también con la mente abierta y la idea de la globalización, hay que establecer sinergias con nuevas entidades y organizaciones internacionales que usan estas metodologías como The Nature Conservancy, Conservation International o Rewilding Europe, entre otras.

Además, hay que conseguir potenciar la participación de las entidades de custodia en los Planes de Desarrollo Rural (PDR) de la “nueva” PAC que trata de incentivar el beneficio ambiental que genera la multifuncionalidad de la agricultura. Fomentar el desarrollo de los Contratos Territoriales de Explotación de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural. Desarrollar las leyes autonómicas para la protección del paisaje en el marco del Convenio de Florencia. También los planes de gestión de la Red Natura 2000 tienen una incidencia clave en el uso de los acuerdos de custodia, tanto en la custodia agraria como en el medio marino, con los planes de gestión de las ZEPAS marinas y las área marinas designadas por el proyecto LIFE+ INDEMARES. Y seguir incidiendo en el desarrollo de la custodia fluvial, donde ya se han dado pasos importantes como los primeros acuerdos con confederaciones hidrográficas, el desarrollo de la Directiva Marco del Agua y la reforma de la Ley de Aguas. Y hay que acabar de definir conceptos como los bancos de conservación, todavía muy confusos y con reservas en cuanto a su utilización por el mundo científico y conservacionista,  donde términos como "peso muerto" o "adicionalidad" son objeto de debate en estos momentos.

Es importante también fomentar la seguridad jurídica de los acuerdos de custodia, incentivando el compromiso de implicación de la propiedad privada teniendo acceso al registro de la propiedad. De la misma manera, es necesario el desarrollo de una certificación ética de lo que es una entidad de custodia y la posibilidad de certificar los acuerdos, para evitar la intromisión de agentes ajenos a la custodia y a la conservación de la biodiversidad. Y son necesarias nuevas fuentes de financiación, como la Lotería Nacional (tal y como sucede en países como Holanda y otros) o trabajar en el desarrollo fiscal de la Ley de fundaciones y mecenazgo, con el fin de favorecer los objetivos de las entidades de custodia.

3.- ¿Cuál crees que es el reto o dificultad más importante a superar por el movimiento de la custodia en nuestro país?

Las administraciones tienen la obligación de crear un marco jurídico y fiscal que permita que el movimiento social de conservación de la biodiversidad se pueda expresar. Al mismo tiempo es preciso fortalecer el tejido social y la profesionalización de las ONG. Éstas ya han demostrado su profesionalidad, pero es necesario conseguir que cada entidad pueda tener, al menos, un par de personas liberadas económicamente para poder trabajar y desarrollar proyectos con un mínimo de tranquilidad. Esa es la meta a conseguir en los próximos años junto al resto de iniciativas mencionadas con anterioridad.

4.- Para acabar, una última reflexión.

Todos estos retos van a definir el futuro de la custodia del territorio en España. Debemos ser idealistas y pensar que de la capacidad del Tercer Sector Social de crear sinergias entre sus estrategias y actividades, de la capacidad de innovación y de asumir los retos actuales depende, en buena parte, su futuro. El mundo de la custodia y sus gentes forman parte de un movimiento lleno de entusiasmo, de idealismo y de pasión por la vida y por la naturaleza, de generosidad y de inquietudes. Detrás de cada iniciativa de custodia subyace la idea de pensar que el mundo puede ser un poco mejor. Es un orgullo formar parte de este movimiento que, sin duda, cada día va a más en nuestro país.